viernes, 22 de agosto de 2014

Viernes Criticón: El Amanecer del Planeta de los Simios

No revisé El Origen del Planeta de los Simios antes de ir a ver El Amanecer porque simplemente, entre tanto estudio y tanta tontería, no encontré el momento apropiado para hacerlo. Sin embargo, en un arrebato de falsa valentía, acudí al cine con cierta congoja por esa estúpida idea que rondaba mi cabeza que insistía en que iba a perderme en los detalles que la película del año 2011 había establecido sobre la historia.

Imaginad cuan grata fue mi sorpresa cuando, gracias a un ilustrativo resumen de los hechos acontecidos en la primera entrega y de las repercusiones que estos trajeron consigo, me di cuenta de que iba a ser casi imposible perderse viendo El Amanecer del Planeta de los Simios porque resulta que, con una mínima cultura cinematográfica que no vaya más allá de las cuasi-prehistóricas películas de primates o de la bochornosa cinta de Burton, cualquier espectador será capaz de disfrutar de una película de aventuras hecha y derecha que funciona como perfecta secuela para el ya grandioso reboot de la saga.

● Año: 2014
● Director: Matt Reeves
● Cast: Andy Serkis, Keri Russell, Jason Clarke, Toby Kebbell, Kodi Smit-McPhee, Gary Oldman…
● Música: Michael Giacchino
● Duración: 131min


El virus ALZ-112 (aka: virus primate) se ha extendido, y la ciudad de San Francisco, que ya tuvo que hacer frente al desastroso brote de SIDA allá por 1981, ahora se enfrenta a una nueva infección que ha diezmado a la población y que ha dejado a los EEUU sumidos en un caos absoluto.

Tras muchos años en los que no se han avistado los simios revolucionarios que protagonizaron la cruenta batalla en el famoso puente de la ciudad, un grupo de supervivientes se reúne en una expedición por los frondosos bosques que rodean el centro urbano con el objetivo de encontrar una fuente de energía que pueda hacer más habitable las ruinas que ahora llaman ”hogar”. Sin embargo, este grupo de sujetos, genéticamente inmunes al agente infeccioso, tropezarán por el camino con el ejército primate de César y, a partir de ese contacto, la paz entre ambas colectivos penderá de un hilo.


El problema de las películas que están en boca de todo el mundo y que consiguen ganarse una limitadísima presencia en el telediario del viernes por la tarde, es que disparan las expectativas de cinéfilos como yo que confían ciegamente en el paradójico vox populi que tantas otras desgracias les ha traído en el pasado.

Cuando me senté en la sala de mi querido Cinesa para ver el nuevo trabajo de Matt Reeves, durante un tiempo cercano a media hora me pregunté qué demonios había visto la gente de espectacular en el filme. Poniendo en práctica mi más desvergonzada y prescindible soberbia, no creo – sinceramente - que los esporádicos visitantes de los templos cinéfilos se enamoren de la técnica del motion-capture o se revuelvan en la silla al escuchar las partituras de un Michael Giacchino dispuesto a mezclar las melodías de Perdidos, Los Increíbles y Super 8 con una descarada facilidad… No, no lo creo. No creo que todo el mundo que permanece sentado durante los primeros 30-40 minutos de esta película disfrute de esas cosas. Y, por ello, yo le daba vueltas y vueltas a la misma pregunta: ¿dónde demonios está “el peliculón” que me habían prometido si por ahora sólo estoy intuyendo esas dos tímidas, y semi-ocultas, virtudes?


Seré sincero: a pesar de que me encantaba imaginarme a Andy Serkis haciendo los gestos de César, me parecía imposible verle el atractivo a una película que tardaba en despegar una obscena cantidad de tiempo y que, encima (y como ya pasó con la reciente Godzilla), pretendía vendernos la presencia de unos actores que, como posteriormente pude comprobar, sólo aparecerían una ridícula cantidad de tiempo en pantalla (¿de verdad lo de Gary Oldman no podríamos considerarlo un cameo?). 

Pero todo tiene su explicación. Después de ese laborioso – y, hasta cierto punto, molesto – despegue (que, ojo, no deja de ser una necesaria presentación de personajes), se enciende la mecha de un asombroso conflicto entre humanos y simios que va haciendo más evidente el porqué del entusiasmo generalizado hacia un filme que termina siendo, cuanto menos, un gran espectáculo cinematográfico. 

Además, no sólo estamos ante una evidente película de acción y aventuras excelente, sino ante una promesa que asegura que la tercera parte de esta trilogía va a alcanzar un nivel de calidad supremo: ya sea por el establecimiento (o no) del llamado “Planeta de los Simios”, por la más que probable evolución de la grandiosa técnica del motion-capture, por el asombroso desarrollo de unos primates protagonistas que, sorprendentemente, tienen más credibilidad que bastantes humanos, o por esa capacidad de avivar la hoguera temática – aparentemente agotada – con un nudo y un desenlace magníficos.

No os la perdáis.

●Te gustará si: tienes ganas de ver una película cuyos protagonistas son unos simios digitales que parecen más reales que los espectadores que contemplan sus andanzas en la sala del cine.

● No te gustará si: eres de los opinan que la película te tiene que conquistar en la primera media hora de metraje.

Jerry

3 comentarios:

  1. Esta pelicula me pareció sensacional y me encantó, hasta se me saltaron las lagrimitas en una escena. Un beso enorme.

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    1. ¡Me alegro mucho de que te encantase y muchas gracias por compartirlo con nosotros!

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  2. Peliculón, de lo mejor que he visto últimamente en el cine.

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