domingo, 27 de julio de 2014

Domingo Criticón: El Extraordinario Viaje de T.S.Spivet

Por eso de que escribo en un blog de cine, cuando me encuentro con alguien por la calle, quedo a tomar algo, o coincido en un recóndito lugar con alguien conocido, casi siempre termino hablando de cine. Es una verdadera suerte que se sepa que me gusta el séptimo arte porque, así, la gente casi siempre me cuenta qué es lo último que ha ido a ver al cine o cuál es la serie que más enganchado le tiene en ese momento.

Hace unos días, mientras mi abuela y yo nos dedicábamos a ver el programa de la ruleta de Antena 3 (sí, estoy enganchado), irrumpieron en la sala mis primos y mi tía. Como cabía esperar, dejamos de ver el concurso de la televisión y pasamos a hablar del cine. Concretamente, tanto mi tía como mis primos, comentaron cómo la taquilla de este verano estaba siendo de las peores que ha habido en mucho tiempo. Y yo, aunque después de ver X-Men: Días del Futuro Pasado pudiese pensar lo contrario, no pude llevarles la contraria.

● Año: 2013
● Director: Jean-Pierre Jeunet
● Cast: Kyle Catlett, Helena Bonham Carter, Judy Davis, Callum Keith Rennie, Niamh Wilson
● Música: Denis Sanacore
● Duración: 110min



A pesar de que no haya muchos títulos atractivos en la cartelera, yo no falto a mi cita semanal con la pantalla grande y, en esta ocasión, me aventuré a ver la nueva película de Jean-Pierre Jeunet: el director francés que trajo al mundo esa pequeña joya del cine llamada Amélie o la que aún no he visto Alien: Resurrección. Sin embargo, y a pesar de que tenía muchísimas ganas de ver esta producción canadiense que Jeunet decidió rodar en un innecesario 3D, El Extraordinario Viaje de T.S. Spivet es, lamentablemente, de todo menos extraordinaria.

El inteligente T.S. Spivet, de tan solo diez años de edad, es el hijo de un matrimonio de excéntricos que, por una desgracia en el seno de su campechana familia, no prestan toda la atención que debieran al pequeño genio con el que conviven en su rancho de Montana. A pesar de la aparente falta de motivación que unos padres así podrían contagiar a su descendiente, un buen día T.S. recibe una llamada telefónica de la directora de un prestigioso museo que ha decidido darle un premio por los planos que les envió de un artilugio que él mismo había diseñado. Como cabía esperar, el pequeño Einstein hace las maletas y, sin previo aviso, emprende un curioso viaje hacia Washington. Él solito.


Yo pensaba que esta road-movie iba a llegar a la categoría que alcanzó, hace ya unos veranos, Moonrise Kingdom en mi ranking de películas veraniegas favoritas. La joya de Wes Anderson se ganó, con su deliciosa inocencia y su disparatada – pero siempre enternecedora - historia, dos visionados en el cine y una compra en DVD para tener constante acceso a una de las aventuras cinematográficas más divertidas de los últimos años. Sin embargo, por mucho que el personaje de Spivet fuese un listillo que pudiese resultar hasta cuasi-encantador, no consiguió lo que los boyscouts de Anderson bordaron: que echase de menos la niñez.

Pero bueno, aunque esa frustrada expectativa no se viese correspondida, yo tenía la esperanza de que la road-movie de Jeunet pudiese resultar por lo menos igual de alocada que la de la excepcional Pequeña Miss Sunshine: esa película sobre otra canija que, tras recibir una llamada telefónica (¡como Spivet!), emprende un viaje – acompañada, eso sí, por toda su también excéntrica familia – para optar a un premio de belleza. Sin embargo, ahí El Extraordinario Viaje de T.S.Spivet volvió a patinar.

Aunque muchos no terminen de entender las dos comparaciones que acabo de hacer, me parece inevitable situar a estas tres películas al mismo nivel. Al fin y al cabo, estamos ante tres aventuras de pequeñas personitas más o menos excéntricas, pertenecientes a un género cinematográfico poco comercial, que encima están envueltas en un papel de regalo que resulta, cuanto menos, apetitoso. Sin embargo, así como las cintas de Anderson y Dayton&Faris se volvieron hitos en la historia de las películas indie, la poco sustancial historia de Spivet se ha quedado atascada en la categoría de “una película más”. “Una película más” cuyo principal problema es que no es una película indie.


Quizás la principal desventaja con la que debe convivir la película de Jeunet es que tiene como antecedente a Amelie… O a lo mejor es que, efectivamente, podría haber sido una película indie pero terminó convertida en una poco jugosa historia sólo por haber sido fruto de una producción ambiciosa cuyos mayores aciertos son – paradójicamente – los repentinos efectos especiales con los que se adorna su irregular historia: unas agradecidas, pero poco frecuentes (y para nada justificadas), animaciones que alegran la vista pero que no terminan de tener una razón de ser.

No lo sé. Sinceramente, no termino de entender muy bien cuál fue para mí el principal problema de T.S.Spivet. No sé si el que no me gustase se debe a lo que he comentado en esta entrada o a que este Julio en Madrid está resultando cinematográficamente decepcionante. Pero bueno, siempre nos quedará Agosto (y, por supuesto, El Amanecer del Planeta de los Simios: mi esperadísima próxima visita al cine).

●Te gustará si: disfrutas de una simplona road-movie.

● No te gustará si: esperas ver un filme al más puro estilo de la Amelie de hace unos años, o una cinta parecida a otras aventuras como la de la adorable Miss Sunshine o los divertidísimos boy scouts.


Jerry

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