lunes, 12 de diciembre de 2011

¡Malditas Comedias Románticas! (II) - El Chicle


El otro día, fui a comprarme una comedia romántica en DVD (aún no me he hecho con un reproductor Blu-Ray... aunque la verdad es que, incluso si lo tuviese, optaría por gastar mi dinero en un DVD por una apestosa comedia romántica) porque resulta que estoy cumpliendo a la perfección el tratamiento de choque que me ha recomendado mi admiradísima almohada (a la que en realidad cada día quiero menos porque últimamente sus expectativas sobre mi persona van in crescendo a una velocidad espeluznante).

En fin, resulta que me puse a buscar esta comedia romántica (que ya llevaba pensada) y no la encontraba. Total, muy en contra a mis principios de preguntar en las tiendas o en las calles para que me indiquen cómo ir o llegar a algún sitio determinado (cuando con tiempo y buena letra uno siempre encuentra su camino… “Si todos los caminos llevan a Roma, encontraré mi camino a las comedias románticas”), pregunté al dependiente.

- ¿Estás buscando en la sección correcta?
- Sí, claro. Estoy ahí – dije señalando un cartel color verde - en “Ficción”.
- ¡No, hombre! ¡Esa no es la sección de la película que busca! – rió el chico, que comenzaba a caerme mal.
- ¿Tengo que irme a “Terror”? – pregunté desconcertado.
El dependiente esbozó una sonrisa de lo más molesta por las connotaciones de “¡Críos, no hay quien les entienda!” que llevaba ímplicita.
- No, tienes que ir ahí – me contesta con un sarcástico tono de tener todo el tiempo del mundo mientras me señalaba ESO.

Y entonces, al ver ESO: ¡ZAS! Muchas cosas pasaron en un mismo momento. Quizás demasiadas: el tiempo se paralizó durante unos segundos, se me apareció Buda (sí, Buda) y pensé que había muerto de una rotura cardíaca. Pero entonces sentí que lo que me estaba pasando era que acababa de desentrañar un secreto escondido a la vista de todo el mundo durante mucho tiempo…

- ¡Malditas Comedias Románticas! – dije con verdadera indignación.

El dependiente, que ahora miraba el reloj mientras intentaba disimular que seguía dispuesto a continuar atendiéndome (aunque, ¿quién intenta disimular mirando la hora e insinuando “no tengo tiempo para tus delirios post-adolescentes”?), me guiñó un ojo y me dijo: “Exacto, la sección es Comedia Romántica”.

Le sonreí mientras pensaba que si me llega a dar una palmadita en la espalda el revés que le pego le lleva a un barrio muy lejano.

Pero bueno, vuelvo a la revelación post-apocalíptica que tuve… Al mirar al punto exacto al que el dependiente estaba señalando vi un color brillante que dejó a mis pobres pupilas en un estado de miosis considerable durante un breve (pero intenso) período de tiempo.

Sí, era ROSA.

Fue en aquel mismo momento cuando me di cuenta de lo que el color rosa lleva implícito: fresitas, pintalabios cursis, princesas y príncipes encantados, osos amorosos, sapos (pero no salamandras), florecitas del campo, perfumes, corazones y angelitos semidesnudos con un arco que dispara flechitas amorosas… y chicles. Lo único real de esta escasa lista es el chicle.  Y esto, señores, me indigna. ¿Por qué? Os lo describiré:

Un hombre llega a la sección de cine de unos grandes almacenes y se pasea entre los paradisiacos pasillos de películas mientras piensa: “Vamos a ver qué película compramos para ver esta noche… Una de Tom Cruise o Bruce Willis no porque les tengo muy vistos… No me apetece drama: ya tengo suficiente con mi melodramático jefe… ¿Animación? No, esa la dejo para el lunes: así me saca de mi depresión post-fin de semana… ¡Anda! Paris, Je t’aime… Mmmmm, ¡qué buenos directores! Qué buena pinta… Sí, sí, me la llevo”. Sin embargo, el hombre salió de la tienda con Scream bajo el brazo. Y, encima, salió asustado (y eso que aún no había visto a Ghostface). ¿Por qué?

Fácil. Justo cuando nuestro protagonista levantó la vista y vio el cartel que definía a las películas situadas en el estante del filme que había escogido, se dijo: “Madre mía, he cogido una película para mujeres… Espero que nadie me haya visto: ¡qué horror! Esto no se lo cuento a mis colegas”.

Ese es el daño que están haciendo las Comedias Románticas de baja calidad a un género con mucho potencial: no se trata de un género para mujeres, pero los clichés (malditos y baratos) están convirtiéndolo en eso mismo.

¿No os lo creéis? Pues fijaos a partir de ahora en películas que ni siquiera llegan a ser “comedias románticas” sino meras y comunes “comedias” que optan por adaptar ese color a sus carteles. Es más, fijaos bien en la fusión que hace El Corte Inglés de dos géneros tremendamente distintos:


Para empezar: El fondo de color rosa me resulta del todo ofensivo.
Para continuar: ¿Me están poniendo como ejemplo de comedia “Scary Movie”?.
Y para terminar: ¡Las Comedias Románticas están invadiendo el terreno de las puras y duras Comedias! Madre mía, el mundo se acaba y yo sigo sin haber visto la tercera parte de El Padrino… ¡Y encima El Padrino es un Drama Criminal!

En definitiva: me enfurece que ciertas comedias (me niego a decir eso de "románticas") como (500) Días Juntos, Paris Je t'aime o La Boda de Mi Mejor Amigo sean concebidas como fenómenos para mujeres. Me resulta del todo primitivo. ¿Y todo por qué? Por prejuicios. ¿Y qué favorece esos prejuicios? No, no es la sociedad: es el maldito color rosa.

Lo único en positivo que puedo sacar de esta cursi e intolerable tendencia rosada a la que se está sometiendo a ¡ya no sólo un género!, sino dos, es que el 80% de las comedias románticas actuales son pegajosas, molestas, causan sobredosis de glucosa, al ser la mayoría de ellas de mala calidad se deshacen en una horita, son prácticamente todas iguales y, encima, vienen en envoltorios irónicamente muy atractivos.

Exactamente igual que un chicle de fresa de mala calidad.

Maldito Rosa.



Tom. 

3 comentarios:

  1. Me encantan las COMEDIAS ROMÁNTICAS, y aunque me cuesta decirlo, quizá tengas algo de razón en tu, muy bien escritas, palabras, sin embargo estoy deseando que describas una película romántica que realmente te lo parezca! Por cierto me ha encantado tu post de series, es muy bueno! Un besote K.

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  2. No sé si mi mala costumbre de leer en plan "escaneo" me ha jugado una mala pasada y no me he enterado pero... ¿¿me puedes decir qué peli estabas buscando?? Me muero por saber cuál ha sido la causa precipitante de esta crisis adrenérgica

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  3. Rocío, siento no compartir tu gusto por esas películas (algo que queda más que demostrado en el artículo). No eres la primera persona que me pide que dedique un artículo a una verdadera comedia romántica. Lo haré. Mientras esperas, te recomiendo revisar la crítica de (500) Días Juntos (que me suena que ya comentaste): una verdaderísima comedia romántica.

    Eleanor, ese misterio (que también más gente me ha preguntado) lo desvelaré el día que someta a crítica a la película. No te preocupes, te avisaré.

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