domingo, 14 de agosto de 2011

Domingo Criticón: (500) Días Juntos


Cuando en el cine empieza una película de amor y las luces de la sala se atenúan, el chico mira a su novia mientras le da la mano y se prepara para “ver” una de esas películas que tanto les gustan a las chicas. Él tendrá que pasar por una hora o dos de mero entretenimiento, con alguna gracia no del todo eficaz y un guión de todo menos original. Pero ¡¿qué más da la originalidad?! “Total, estamos en el género cómico-romántico. ¿Qué podemos esperar?”.

Sin embargo, cuando el chico se dispone a ver (500) Días Juntos, una película calificada como comedia romántica, se sorprenderá al dar la mano a su novia, mirarla y después ver cómo el narrador de la película anuncia que lo que va a ser proyectado no es una historia de amor, sino una película sobre el amor…

Entonces el chico, que normalmente se limitaría a abrir sus ojos y hacer que presta atención a la película para hacerle un favor a su novia, se incorpora, abre los ojos (y los oídos) y se prepara para ver un filme de ¿amor? sorprendente.

● Año: 2009.
● Director: Marc Webb.
● Cast: Joseph Gordon-Levitt, Zooey Deschanel, Geoffrey Arend, Chloe Grace Moretz, Matthew GrayGubler, Clark Gregg, Patricia Belcher, Rachel Boston, Minka Kelly, CharlesWalker.
● Música: Mychael Danna, Rob Simonsen
● Nominación Globo de Oro: Película – Comedia o Musical, Actor (Joseph GL)
● Duración: 95min.

Lo siento chicas, no todo lo que reluce es oro… Y (500) Días Juntos no es oro amoroso, es oro des-amoroso. ¿Des-amor? ¿Cómo puede ser eso? ¡Si la crítica de cine decía que era del género comedia romántica! Exacto.

Estamos acostumbrados a ver, en las críticas de las películas,  la frase “comedia romántica” y pensar en una película del estilo Notting Hill, 50 Primeras Citas, Sin Reservas, etc, filmes en los que chico conoce a chica, se enamoran, cortan porque tienen una peleilla, pero, al final, vuelven juntos y así todo el mundo sale del cine con una sonrisa de oreja a oreja.

Pues bien, señores, no nos olvidemos de la comedia (también romántica) La Boda de mi Mejor Amigo (no confundir con la recién estrenada La Boda de mi Mejor Amiga), en la que chica conoce a chico, y chico se quiere casar con otra. O también de comedias románticas tan peculiares como Paris, Je t’aime.

El cine romántico contemporáneo (tal y como mucha gente lo concibe) es una gran mentira que nadie quiere reconocer (o eso parece). Los finales felices son muy difíciles de conseguir y casi improbables, la chica/o de tus sueños no va a aparecer en tu vida de forma magistral; ya sea tirándote el café encima, alertándote de que se te ha caído la cartera, recogiéndote del suelo tras tu repentino desmayo… No, el mundo no se para ni gira en otra dirección cuando conoces al “amor verdadero”. Cuando le conozcas, no habrá música de fondo y durante el tiempo que paséis juntos, tampoco.

Además, señores, no os fiéis de los filmes en los que el chico, si atosiga un poco a la chica, termina conquistándola. No, “quien la sigue… no la consigue”. No vivimos en un cuento de princesas; estamos en la vida real y eso, desgraciadamente, no lo vemos en las películas… hasta ahora.

Todo lo que acabo de decir no lo he dicho porque esté absolutamente amargado, sin novia o porque sea muy escéptico (desgraciadamente, no lo soy), sino porque en esta película se nos muestra cómo el hecho de que “veamos pajaritos de dibujos” o bailemos por la calle de alegría por estar enamorados no significa que la chica (gracias a la cual hacemos esas tonterías) nos quiera como nosotros la queremos.


En este primer largometraje dirigido por Marc Webb, el iluso Tom (Joseph Gordon-Levitt, a quien vimos en Origen y veremos en la nueva película de Batman) se enamora de la problemática Summer (una muy peculiar Zooey Deschanel) y entonces comienza la típica historia de amor. El chico intenta conquistarla, es agradable, dulce, gracioso y hace todo lo posible por ser correspondido. Sin embargo, aunque parezca que todo va bien, ella le deja.

¿He dicho típica historia de amor? Rectifico: los realizadores pensaron que si iban a hacer una comedia de amor,  quiero decir “des-amor”, no podían hacerla de cualquier forma. La película nos deleitará con momentos de absoluto genio: momentos musicales, situaciones desternillantes como la del “pene”, y muchas más que no merece la pena que mencione porque no las entenderéis si no habéis visto la película.

¿El reparto? A mí, personalmente, me parece que ambos protagonistas hacen buen trabajo y, además, tienen química entre ellos (algo que no todas las parejas de cine consiguen… ¿Gerard Butler con Hillary Swank? En fin). Joseph nos convence con su papel de Tom y Zooey parece estar interpretándose a sí misma. Pero nos gusta: nos gusta mucho.

Como podéis ver, a nosotros nos convenció la historia, la realización y los actores. Pero, además, la música ya le pone la guinda al pastel. Con varios temas de la famosa Regina Spektor y de The Smiths, la banda sonora resulta perfecta para este novedoso filme.

Desde el día 1 hasta el 500 pasamos un rato genial, incluso habiendo momentos muy tristes. Además, la película resulta ser una autocrítica a los filmes romanticones de Hollywood: algo que a nosotros nos encanta.

En definitiva, 500 Días Juntos nos enseña, aparte de cómo hacer una estupenda comedia romántica, que las películas de amor hacen mucho daño y, si nos creemos todo lo que se nos pone delante de las narices, quizás nuestras aspiraciones terminen por destruirnos.

Jerry.

2 comentarios:

  1. Lo mejor de la crítica sin duda ha sido "la pasion se acaba cmo un helado derretido" tu amiga es una gran filosofa

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  2. El momento musical, de hecho, es una fina y genial crítica al género de la comedia romántica. Una de las mejores películas indie (luego comerciales) más buenas.

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